Es interesante lo que está pasando el el Cine recientemente, estamos presenciando una regresión al cine de evasión de antaño, mas concretamente el cine de los 80. Porque cuando pensamos en el cine de los 80, pensamos en historias de superación, hablamos de sueños cumplidos, hablamos de un cine que durante mucho tiempo impregnó de un mismo estilo diferentes géneros. Y bueno yo pienso que el público infantil/ juvenil puede encontrar en el cine ochentero, los mejores exponentes del cine de consumo (Los Goonies, ET, Gremlins, etc).
Es curioso como uno poniendo la tele, ve series y series que idiotizan a los jóvenes y adolescentes de las generaciones actuales. Quizá sea por esto que una regresión pueda considerarse lógica, puesto que las mentes maestras del cine actual son adultos bien formados, conscientes de la idiotización que sufre la niñez y la juventud actual.
En la ruta de las regresiones, podemos ubicar a la película "Super 8" de la que algún dia escribiré una crítica, y de la que voy a hablar ahora, es decir "Gigantes de Acero".
Gigantes de Acero es una historia simple, es una fábula sobre el éxito, que si bien a veces parece lejano puede estar mas cerca de lo que pensamos. También trata sobre envejecer, sobre el pasado y tiene mucho de road movie. Se sitúa en una época donde el boxeo humano no existe y son los robots los que boxean, en este contexto, (SPOILER) conocemos a Charlie, un mal padre (hay que decirlo) interpretado por Hugh Jackman, que luego de una irregular carrera como boxeador en la época donde eran los hombres los que boxeaban, comenzó a dedicarse al boxeo robot para conseguir dinero y saldar unas cuantas deudas. Lo cierto es que el tipo es un desastre, y le va muy mal con lo que hace. Nos enteramos que su ex esposa se muere, y su hijo pasará un momento con él, previamente negociando con el anciano esposo de su cuñada, la tenencia del chico. La cuestión es que luego de un nuevo fracaso en su vida, esta vez uno que implicó un gasto grande de dinero, el niño encuentra un robot viejo en la basura...
A partir de allí el viejo robot será desempolvado y gracias a la voluntad del niño, el robot escalará y escalará hasta la cumbre del boxeo robot. Enfrentandose al campeón invicto (FIN DE SPOILER). Es obvio que la historia es una Rocky con Robots, pero no por eso debemos desestimarla.
La película está bien, porque introduce cosas clásicas de las historias de superación clasicamente ochenteras en el cine moderno. Y a su vez toca tema como la vejez (tanto del protagonista como del robot), la relación padre e hijo, la esperanza, las lecciones de vida, etc. La moraleja que nos da la peli es que muchas veces cometemos errores, pero eso no quiere decir que de la noche a la mañana perdamos todo, nunca es tarde para cambiar y para encontrar nuestra vocación. Porque a veces los niños pueden enseñarle también a los adultos.
Es por eso que para mi funciona, porque mas allá de todos los tópicos de "padre estúpido con hijo genio", nos creemos la historia, y esa fórmula tan usada de la clásica historia de superación, siempre va a ser un buen recurso. Porque todos deseamos superarnos, y podemos disfrutar de ver a otros superarse, y sentir esa sana envidia que nos impulsa a creer que siempre se puede, se pudo y se podrá.
"Soy un mal padre, pero hoy... hoy quiero hacer algo bien" Charlie
Mi puntaje: 8/10
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